Por Consuelo Ordaz
“Soy mucho más que mis sentidos
soy mucho más que lo exterior
dejo de buscar la felicidad externa
y busco la paz en mi interior
Cierro mis ojos
y solo veo con la mirada interior
y desde esa oscuridad aparente
puedo ver lo luminoso de mi ser
Cierro mis oídos
y voy hacia el silencio de lo profundo
y desde el silencio de lo recóndito
puedo escuchar mi corazón
Me abstengo del tacto
y me doy cuenta que hay mucho más que lo físico
y desde esa abstracción de la materia
puedo sentir lo etéreo de mi espíritu
Dejo de complacer el gusto
y puedo quitar todo aquello que creo necesario
y al volver a mis necesidades básicas
descubro que necesito muy poco para vivir
A través de desapegarme del olfato
me doy cuenta que puedo cambiar condicionamientos
y desde ese poder interno
encuentro todo el potencial en mí
Soy mucho más que mis sentidos
soy mucho más que lo exterior
dejo de buscar la felicidad externa
y busco la paz en mi interior”
Pratyahara, en yoga, es privarse de los sentidos.
Para poder abstraerme de lo sensorial, es imprescindible que haga las paces con mi ser interior.
Lo sensorial me lleva hacia afuera, a sentir, al placer, a disfrutar, y todo eso es muy bueno, siempre y cuando sea para vivir y experimentar, y sabiendo desapegarme, para que no se convierta en un vicio o necesidad.
También lo sensorial puede llevarme al dolor, pues no todo es placentero, y eso, en ocasiones, también puede causar dependencia.
Y es que es muy tentador buscar más y más de eso que me gusta, o que me da seguridad, pero me hace siempre ir hacia afuera, y afuera no se encuentra la felicidad.
Es un engaño que me compro diariamente, que en lo externo encontraré la paz y felicidad que tanto persigo, cuando, en realidad, está dentro de mi. Y no es hasta que voy hacia dentro que la puedo encontrar.
Ir hacia dentro de mi ser requiere valor, fuerza y determinación, para tener la voluntad de hacerlo y el corage para enfrentar lo que encuentre dentro.
Hacer las paces con mi pasado es lo que me permite estar bien con lo que soy hoy, y el encontrar la paz y felicidad dentro de mi, me arranca el condicionamiento de buscarla en lo externo.
Teniendo paz en mi interior, el mundo puede estar tranquilo o en caos, mientras que yo permanezco imperturbable, y cuando puedo controlar eso, es entonces cuando siempre puedo ser feliz.
Namasté,
Consuelo Ordaz
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